Una vez que el fruto llega a la almazara mediante un proceso de limpieza se eliminan las hojas y mediante una lluvia fina de agua se le quita el polvo que pudiera tener, procediendo a su molturación inmediata, con un tiempo máximo de 6 horas desde su recogida en el árbol hasta su transformación.
Del control de su molturación, batido de la masa en frío, centrifugado horizontal y vertical, se obtendrá un aceite de oliva virgen extra de extraordinaria calidad, conservando todas sus propiedades organolépticas.
La decantación natural del aceite previo a su paso a las tres bodegas climatizadas de que dispone la almazara, provocará un perfecto almacenamiento que conservará el aroma, sabor y densidad de un excelente y exclusivo AOVE.